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¿Cómo funciona el IVA y cómo afecta a los impuestos?


El IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido) es un impuesto indirecto que se aplica en todo el territorio de la Unión Europea, incluido España. Su objetivo principal es gravar el consumo de bienes y servicios, es decir, toda compra o adquisición de productos o contratación de servicios.

El funcionamiento del IVA se basa en el concepto de «valor añadido», que se refiere al incremento de valor que experimenta un producto o servicio a medida que avanza en el proceso de producción y comercialización. Cada empresa o profesional que interviene en dicho proceso añade valor y, por lo tanto, debe repercutir sobre el precio final un impuesto proporcional a ese valor añadido.

En España, el IVA se divide en cuatro tipos impositivos: el tipo general del 21%, el tipo reducido del 10%, el tipo superreducido del 4% y el tipo especial, que varía según el producto o servicio. El tipo general se aplica a la mayoría de bienes y servicios no sujetos a un tipo específico, mientras que los tipos reducido y superreducido se aplican a productos de primera necesidad, como alimentos, libros, medicamentos, etc. El tipo especial se reserva para determinados productos o servicios considerados de lujo o de alta demanda.

Es importante señalar que el IVA es un impuesto indirecto, lo que significa que lo pagan los consumidores finales, es decir, los ciudadanos que adquieren productos o contratan servicios. Sin embargo, son los empresarios los encargados de recaudar el impuesto en nombre del Estado y de ingresarlo en el Tesoro Público. En el proceso de compra, los empresarios añaden el importe del IVA al precio final del producto o servicio y lo desglosan en la factura.

El IVA también afecta a los impuestos que deben pagar las empresas y los profesionales. Los empresarios pueden deducirse el IVA soportado (el IVA que han pagado en sus compras) del IVA repercutido (el IVA que han cobrado en sus ventas). Así, el IVA se convierte en un impuesto neutro para las empresas, ya que solo ingresan al Estado la diferencia entre el IVA repercutido y el IVA soportado.

Además, el IVA tiene un importante impacto económico, ya que no solo afecta a los precios finales de los productos y servicios, sino que también influye en la competitividad de las empresas. Un impuesto elevado puede reducir la demanda y afectar a la rentabilidad de los negocios, mientras que un tipo impositivo reducido puede estimular el consumo y favorecer la actividad económica.

En resumen, el IVA es un impuesto fundamental en el sistema tributario español que grava el consumo de bienes y servicios. Su funcionamiento se basa en el valor añadido y se aplica a través de diferentes tipos impositivos. Afecta tanto a los consumidores finales como a las empresas y tiene un impacto significativo en la economía del país.

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